Una encuesta publicada en el sitio web del Figaro revela que sólo el 5% de los franceses están plenamente satisfechos en el trabajo. Dondequiera que estés, las cifras no superan el 18% en los países llamados “desarrollados” según la ONU. Una cifra alarmante si se tiene en cuenta que, en la Biblia, el trabajo se considera una bendición. Pero es mucho menos sorprendente cuando nos damos cuenta de que el sufrimiento en el trabajo es consecuencia de la llegada del pecado a esta tierra. Entonces, ¿cómo podemos ser felices en el trabajo? ¿Es realmente posible? Sí, lo es.
Lo único que tienes que hacer es seguir estos 3 pasos: estar donde te llaman a estar, cambiar tu postura y tu perspectiva sobre el trabajo y aplicar algunos principios sencillos. ¿Dónde te llaman a estar? Mucha gente trabaja porque tiene que comer, pero sin plantearse realmente la pregunta: ¿qué estoy llamado a hacer? Sinceramente, por mucho que intentes meter un objeto cuadrado en un agujero redondo, ¡lo único que conseguirás forzándote es dañar el objeto y el agujero! Para responder a esta pregunta y descubrir lo que estás llamado a ser, te invito a releer este artículo que escribí hace unos meses: https://mailchi.mp/7181426064d2/mon-rve-ma-vision o a ponerte en contacto con nosotros si quieres que te orientemos. Cambiar de postura: ¿es el trabajo una maldición? ¿Una obligación? No olvidemos que Dios dio a Adán y Eva el mandato de gobernar la tierra y cuidarla, de cultivarla, antes de que interviniera el sufrimiento del trabajo en la caída (llegada del pecado a la tierra). El trabajo es una bendición, una oportunidad de hacer lo que Dios te llama a hacer. También es una forma de realizarte contribuyendo a la expansión de Su Reino, difundiendo Su luz, Sus valores y Sus principios en la tierra. El trabajo es una oportunidad de cambiar miles de vidas a tu alrededor y de realizarte a ti mismo permitiendo que otros se realicen.
Aplica estos pocos principios clave: Hazlo todo como si fuera para el Señor: dondequiera que estés, hazlo todo como si lo estuvieras haciendo para Él, con el mismo celo, el mismo entusiasmo, el mismo estado de ánimo. Da y recibirás: si esperas el reconocimiento de las personas a las que das, a menudo te sentirás decepcionado. Dios es el recompensador de los justos. Ve lo que haces y no es injusto olvidarlo. Te honrará, te dará lo que necesitas y mucho más. Él es quien eleva y desciende.
Por tu parte, confórmate con hacerlo lo mejor que puedas allí donde estés, actuando con humildad y respeto ¡Somete! Ay, ésa es una frase que no suele gustar mucho. Pero creo que eso se debe a que no se comprende y a que muchas personas se centran demasiado sin ver el panorama general. El papel de cada uno se define en función de la llamada, pero también implica responsabilidades. Someterse a otro es ponerse bajo la misión de otro, pero también bajo su protección.
Cuando asumes esto, ves las cosas de otra manera y es inmediatamente más fácil apoyar a tu jefe. Sé una fuente de influencia: siempre puedes elegir entre quejarte o dar ejemplo. Si quieres que las cosas vayan bien en el trabajo, te animo a que prediques con el ejemplo. El cambio empieza por ti, y si muestras a la gente algo que quieren, te seguirán. ¡Eso es liderazgo! Sé parte de la solución: ninguna organización, ninguna persona en esta tierra es perfecta. Todos tenemos defectos y los demás no necesitan que se lo recuerdes. Lo que sí necesitan son las soluciones que llevas dentro. Así que ofrece críticas constructivas con soluciones, ¡forma parte de la solución! ¡Estoy seguro de que estas pocas claves te ayudarán a florecer! Hay muchas cosas que tienes que hacer, pero eso no es motivo para que te digas a ti mismo: ¡otra vez es culpa mía o depende de mí dar el siguiente paso! Eso no es más que victimizarte. Si quieres provocar un cambio, sólo hay dos soluciones: inventar una nueva forma de hacer las cosas que respete el entorno en el que te encuentras, o cambiar tu entorno. En cualquiera de los dos casos, es importante que te rodees de los asesores y el apoyo adecuados para que el cambio sea más fácil. En nuestro próximo boletín, veremos algunas de las claves para rodearte de las personas adecuadas. Para no perdértelo, asegúrate de suscribirte haciendo clic en “Me suscribo” al final de este artículo. También puedes seguirnos y compartir nuestra página en las redes sociales: Facebook, Twitter, Instagram, LinkedIn y así aprovechar nuestras novedades dando a conocer a los demás.
Hasta pronto, ¡Eres maravilloso! Joachim Fontaine Coach | Consultor | Formador