Hola, ¡hoy continuamos nuestra serie sobre las relaciones! Después de ver cómo equipar a nuestros hijos desde el nacimiento hasta la edad de la imaginación (en torno a los 6 años), hoy vamos a continuar con nuestros consejos sobre cómo equipar adecuadamente a nuestros hijos de los 6 a los 20 años. Recordemos que una familia comienza cuando un hombre y una mujer se unen para ser uno y fundar juntos una familia teniendo hijos. Que un niño es un verdadero milagro. Que convertirse en padre o madre no comienza con el nacimiento de un hijo, sino que empieza mucho antes. Dios tenía planes para sus hijos mucho antes de que nacieran. Recordemos también que tenemos la responsabilidad de guiarlos a través de esos planes y hacia lo mejor, recordando siempre que son perlas que Dios nos ha confiado. No hay padres perfectos, pero si Dios te los ha confiado, es porque eres capaz de llevarlos adonde Él quiere que vayan, con su ayuda. Así que continuemos hoy desde la edad de la razón… 6. La edad de la razón (6-8 años): aquí los niños aprenden a ser razonables. Pasan del mundo de la magia a uno de mayor lógica racional. Aprenden a razonar y a desarrollar su propio estilo de aprendizaje. Teniendo esto en cuenta, es importante que los padres descubran el estilo de aprendizaje de cada uno de sus hijos. 7. La edad de las normas (8-10 años): este periodo se llama la edad de las normas porque los niños tienen que aprender a regular una serie de cosas en su vida. Quieren más libertad porque se ven a sí mismos como “mayores”. Sin embargo, una mayor libertad también implica una mayor responsabilidad. La libertad sin normas es libertad en peligro, porque las normas están para protegerla. En esta etapa concreta, los niños deben aprender a respetar, seguir, obedecer y someterse a las normas. No les resulta fácil aprender estas cosas. Con tiempo y paciencia, conseguirán adaptarse a las limitaciones y exigencias de la vida. 8. La edad de los héroes (10-12 años): “La edad de los héroes” se llama así porque a los niños les fascinan los personajes que ven. La fuerza física, el poder y la inteligencia son elementos que les cautivan. Mientras buscan su identidad, los niños se ven muy influidos por los demás. Los buenos amigos tienen un efecto muy positivo. En el caso de los amigos dudosos, es importante que los padres se mantengan muy vigilantes. 9. La edad del desapego (12-14 años): mientras que en el pasado la familia era la base principal de la seguridad del adolescente, éste se aleja gradualmente de esta base para navegar en nuevas aguas, construyendo poco a poco su seguridad sobre sí mismo y sus amigos. Y esto se basa en nuevas experiencias sociales. Es importante que los padres permanezcan vigilantes y continúen su supervisión, pero esta vez desde la distancia. Aunque se alejen, los adolescentes necesitan apoyo y seguridad. 10. La edad del poder (14-16): es el periodo del “yo”.

Empiezan a hacer valer sus derechos, a establecer sus convicciones y a enfrentarse a los elementos que se oponen a su punto de vista. Aquí es importante que los padres establezcan la diferencia entre valores, actitudes, gustos y tendencias, mientras avanzan hacia una nueva relación que pasa de la horizontal (madre-hijo) a la vertical (adulto-adulto). 11. La edad del amor (16-18 años): Es un periodo de búsqueda intensa y ardua para satisfacer la creciente necesidad de amor. Para los padres, este periodo de búsqueda del amor y de empezar a tener citas representa otra etapa de la vida y otro reto importante.

Es importante que los padres establezcan límites muy pronto en relación con: Citas (edad y persona), Duración de las llamadas telefónicas, Lugares de las citas, Horarios Y establecer un toque de queda. 12. La edad de la elección (18-20 años): el periodo de 18-20 años es crucial por el efecto y el alcance de los elementos que lo componen. Las decisiones y elecciones que se hagan aquí tendrán un impacto definitivo en las condiciones de la vida adulta. Es importante comprender que en este momento de la vida de los adolescentes, los padres ya no tienen mucha influencia. El poder de la autoridad se limita a un poder de influencia. Podemos sugerir, proponer o aconsejar, pero no decidir por ellos. Los padres ya no tienen tanta responsabilidad. Como dije la última vez, la vida de los padres no es fácil todos los días, pero no olvidemos nunca que nuestros hijos no nos pertenecen. Dios nos los confía. Ha depositado su confianza en ti porque eres la persona más indicada para llevar a cabo esta tarea, a pesar de la ingratitud que a veces puede surgir. ¡Eres capaz de hacer de este niño un pilar inquebrantable para impactar y cambiar positivamente este mundo al que ha sido llamado! Estás en camino de hacer de él un superhéroe, ¡y Dios está a tu lado cada día! Por otra parte, no olvides nunca que sólo eres responsable de :

Lo que haces Tus pensamientos Tus elecciones Y tu comportamiento Como padres, no somos responsables de los pensamientos, las elecciones y el comportamiento de nuestros hijos adultos. Podemos ofrecerles la mejor educación, el mejor entorno y la mejor familia en la que crecer. No podemos obligar a nadie a asumir esto. Podemos rezar y ofrecerles un entorno en el que habrán aprendido a ser responsables y al que siempre querrán volver. Un entorno lleno e invadido por la presencia de Dios. Lo más importante que podemos ofrecerles es la influencia de nuestra relación con Dios. En nuestro próximo Boletín veremos algunas claves para hacer del trabajo una verdadera bendición. Para asegurarte de que no te lo pierdes, asegúrate de suscribirte haciendo clic en “Me suscribo” al final de este artículo. También puedes seguirnos y compartir nuestra página en las redes sociales: Facebook, Twitter, Instagram, LinkedIn y así aprovechar nuestras noticias haciendo que otros las conozcan.

Hasta pronto, ¡eres maravillosa! Joachim Fontaine Coach | Consultor | Formador

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